sábado, marzo 04, 2006

las delicias

Una de las delicias del lenguaje – de la lengua – es su adorable ambigüedad, ah maravillas!. Yo puedo escribir “quiero verte”, y ese “quiero verte” puede significar “quiero decirte muchas cosas”, “quiero hacerte el amor”, “quiero estar contigo” en incluso en casos extravagantes, hasta “no quiero verte”. En un caso extremo puede ser “qué bueno que te vi”.

Te vi, nos vimos. Esta vez no sobró el espacio, no hubo molécula que cupiera. No pasó nada, sólo todo.

Y me preguntas – tienes el atrevimiento – que por qué escribo. Escribo por la ambigüedad, querido. Por que cuando me leas, si un día sucede, sólo tú lo sabrás de cierto, los demás supondrán. Esa es la maravilla de escribir. (Una de ellas).
Seguramente hoy es luna llena. No me importa que esté menguando o creciendo.


(Dormiré cantando)

2 Comments:

Blogger d said...

Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo
del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero
cuando digo: "qué calor hace", "dame agua",
"¿sabes manejar?", "se hizo de noche"...Entre las gentes,
a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho "ya es tarde",
y tú sabías que decía "te quiero".)

12:20 a.m.  
Blogger d said...

Ciertamente es una delicia. ¡Muerte a la literalidad! Empezaría a redactar un manifiesto pero "ya es tarde".

12:23 a.m.  

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